WASHINGTON.- La economía global se enfrenta a un panorama “anémico” y deberá lidiar con una inflación “persistente” durante al menos dos años más antes de que los bancos centrales levanten el pie del freno y comiencen a bajar las tasas de interés. El último sacudón desatado por la caída del Silicon Valley Bank en Estados Unidos ­–un corolario del fuerte ajuste para contener la inflación– parece contenido, pero los riesgos persisten ante una mayor incertidumbre.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció su última mirada sobre la economía global al presentar el informe Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés) este martes en Washington, al inicio de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial. El informe proyecta que el crecimiento global se desacelerará este año al 2,8% desde el 3,4% en 2022. El grueso de esa desaceleración ocurrirá en las economías desarrolladas, que experimentarán un freno del 2,7% al 1,3% este año.

El Fondo llamó a este panorama “anémico” y dijo que “refleja las políticas estrictas necesarias para reducir la inflación, las consecuencias del reciente deterioro de las condiciones financieras, la guerra en curso en Ucrania y la creciente fragmentación geoeconómica”. El Fondo dijo que prevé que la inflación general mundial caiga del 8,7 por ciento en 2022 al 7,0 por ciento en 2023 debido a una baja de los precios de las materias primas, pero es probable que la inflación llamada inflación núcleo, a la cual los economistas le prestan más atención, disminuya más lentamente, un reflejo de la persistencia de la inflación y las dificultades para enfriar los precios.

Una policía frente a la sede central del FMI en Washington

“El regreso de la inflación a su objetivo es poco probable antes de 2025 en la mayoría de los casos”, advirtió el organismo, anticipando al menos dos años más con problemas en los precios.

El Fondo dijo que las señales tentativas a principios de 2023 de que la economía mundial podría lograr un aterrizaje suave, con una inflación a la baja y un crecimiento estable, “han retrocedido en medio de una inflación obstinadamente alta y la reciente agitación del sector financiero”.

“Aunque la inflación ha disminuido debido a que los bancos centrales han aumentado las tasas de interés y los precios de los alimentos y la energía han bajado, las presiones subyacentes sobre los precios están resultando persistentes”, advirtió el organismo.

Y remarcó que los efectos secundarios del rápido aumento de las tasas se están volviendo evidentes, ya que las vulnerabilidades del sector bancario se han puesto de manifiesto y los temores de contagio han aumentado en todo el sector financiero en general.

Otras fuerzas

Paralelamente, el Fondo indicó que otras fuerzas que dieron forma a la economía mundial en 2022 parecen continuar este año, pero con intensidades diferentes. Los niveles de deuda siguen siendo altos, lo que limita la capacidad de los gobiernos para responder a los nuevos desafíos recurriendo a su política fiscal. Los precios de las materias primas que aumentaron considerablemente después de la invasión rusa de Ucrania se han moderado, “pero la guerra continúa y las tensiones geopolíticas son altas”, recordó el organismo.

Las cepas infecciosas de Covid-19 causaron brotes generalizados el año pasado, pero las economías que se vieron muy afectadas, sobre todo China, parecen estar recuperándose, aliviando las interrupciones en la cadena de suministro. A pesar de los estímulos derivados de la reducción de los precios de los alimentos y la energía y la mejora del funcionamiento de la cadena de suministro, “los riesgos apuntan firmemente a la baja debido a la mayor incertidumbre derivada de las recientes turbulencias en el sector financiero”, indicó el informe del organismo.

El FMI mantiene el alerta por la economía global: crecimiento “anémico” y dos años más de inflación
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